Croquis

Dibujar con la mano es no perder de vista la imprecisión de la obra, lo espontáneo. Trazar la primera línea de un croquis es como hacer el replanteo de una obra, no hay vuelta atrás. No existen dos trazos iguales, así como de un mismo grifo no caen dos gotas iguales.

No hay que perder de vista el mundo del boceto, el mundo de la mano. Es el que nos acerca a la realidad. Nos hace entender que no se puede desdibujar un trazo. Es un viaje solo de ida. Es un viaje a superar el miedo a equivocarnos. Porque nos aterra enfrentarnos a algo que sabemos que una vez se empieza no tiene vuelta atrás.

Se puede tirar el papel y empezar de nuevo, pero no se puede rebobinar un mismo dibujo. En el mundo de la mano, es decir, el real, no existe Control + Z. El dibujo a mano está más relacionado con la intuición, sin la cual no existiría la Arquitectura en mayúscula. En cambio, el dibujo digital está más relacionado con la lógica, con lo matemático, con lo vectorial, con la precisión.